Su nombre es Aaron Schlossberg y es abogado. Este neoyorquino se ha hecho tristemente famoso después de que un vídeo en el que insulta y amenaza a clientes y trabajadores de un restaurante de Manhattan por hablar español se hiciera viral. Ahora, su racismo ha tenido una consecuencia: ha sido despedido del despacho en el que trabajaba.
Schlossberg, de 44 años, ocupaba una oficina en Madison Avenue. El presidente de Corporate Suites, el complejo de oficinas en el que este abogado trabajaba, ha confirmado al New York Post que "hemos terminado su contrato de servicios con nosotros".
La reacción de Schlossberg ha provocado desde una recogida de firmas para que sea inhabilitado hasta una demanda de un congresista ante el Comité Disciplinario del Sistema de Cortes Unificados del Estado de Nueva York.
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